06 febrero 2018

Fotosíntesis d'Existires

La semilla del existencialismo no necesita de mucho para germinar. Basta con dos o tres dosis de realidad. Entonces brota con fuerza. Ya nada detiene las ramas. La sombra todo desnaturaliza y lo vuelve efímero. La finitud es palpable. La vida, el amor, la salud, los amigos, las ganas... es todo tan frágil y efímero... ya nada vuelve a ser lo que era. Y cada instante se ve desde otro lugar, que no habíamos visitado nunca. Hasta lo profundo parece tener fin y el sentido se desvanece. Cada tanto el árbol florece, simula unos ratos de eterna simpatía y respira sol. El aire ilumina las ramas y... sólo por un rato.

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