21 noviembre 2011

Historia de un solo

Siempre te gustó la soledad. Profanabas tumbas de odio para mantenerla cerca.
Te gustó desquitarte de los que alborotaban a tu alrededor para sentirte víctima de ataques truncos.
Pululabas aires ajenos y lejanos para encontrar amor y sólo hallaste cómplices de tu autismo.
Añorabas tiempos que nunca fueron y rememorabas historias que nunca encontraron actores.
La soledad te sienta bien. Como esos sacos largos a los sospechosos que intentan disimular lo que a gritos son.
De corazón ermitaño y raros aconteceres espirituales, te hiciste víctima de tus añoranzas y tus reproches. Y volaste por ahí.
Y por acá. Y las alas no se desplumaron porque sí. El viento y el tiempo y los sinsabores hicieron de las suyas. Vos te quejabas, pero te sentías feliz muy en el fondo.
Siempre te gustó la soledad.

03 agosto 2011

Felices aquellos...

como si fuese poesía...pero feliz

Las lágrimas exorcizan, las palabras también. Seguramente por eso la poesía inolvidable es triste.
Bocanadas de palabras sobre hojas húmedas se amontonan...
los grandes poetas no eran gente risueña.

Los felices somos más simples.
No necesitamos exorcizar, ni escupir ni secar lágrimas. Hemos sido bendecidos con la mirada sonriente. No somos grandes poetas. Somos más bien bufones. No tenemos melancolía ni grises ni bancos vacíos. Afortunados. Agradecidos.
Poesía, pero feliz. Con rima, con colores, con imágenes cursis y algún que otro desacato. Sin honores ni laureles que decoren los versos...Sin eternas traducciones ni análisis en el tiempo. Poesía, pero feliz. Simple y desordenada. Deschavetada. No hay orden de palabras ni número de sílabas...sin anagramas.
Comedia y tragedia...
Ojalá tus próximas lágrimas sean de risa...